Estalla La Riviera

El título de esta crónica está dedicado a la persona que me sugirió después del concierto este inicio, aquella persona que desde el anonimato hace que este punto de encuentro continúe activo, ofreciéndonos buenos toques de reflexión. El pasado viernes 11 de Abril, en la sala La Riviera de Madrid, también pudimos reflexionar. Con las nuevas letras selectas y elaboradas de su último disco, Loquillo y su banda volvió a sorprender al público allí presente, con más de dos horas de concierto.

La ocasión era perfecta, una sala madrileña repleta de un público fiel (dos mil, cifran algunos medios) y entregado, que ansiaba escuchar en directo los nuevos temas del cantante. Loquillo, seleccionó Madrid para presentarnos su nuevo trabajo. Con su estilo chulo y desafiante nos cantó las nuevas letras, profundas y directas, capaces de despertar hasta las mentes mas adormecidas. Sonó “El creyente” y comenzamos a afrontar el paso del tiempo rendido, muchos conciertos y este uno más.

Siguió la “Línea clara”, alzó sus brazos y delimitó a la perfección su trayectoria hacia nosotros. El hijo de nadie y nuevo tema “Soy una cámara”, con un marcado estilo rockabilly acompañado por coros doo wop, dejaban notar la mano de Carlos Segarra y nos llevaba a sus ritmos de rebeldía con causa, los pies se nos iban, el ritmo era evidente, me sorprendió gratamente. Para rematar los ritmos, el estilo country de “Tatuados”.Pero faltaba lo más importante, dar las buenas noches al público madrileño, unas ¡buenas noches, mi Madrid! y sus siempre agradecimientos. Cantó “Cruzando el paraíso” de ritmo ligero y fuerte hacia la eternidad, “La Edad de oro”, “Arte y ensayo” y nos eclipsó con los saludos de Sabino Méndez y como no, con los ritmos de “Sol”, su nueva canción; con una letra desgarradora y aplastada ofreciendo agonía y entusiasmo en sus ritmos. Su letra era la representación de una mano desgarrada y tensa apuntando con los brazos abiertos y alzados hacia la luz.

Más novedades, esta vez con “Memorias de jóvenes airados”, con el inconformismo de siempre y ese espíritu de lucha tenaz. Luego “Hotel Palafox”. Seguidamente retomó “Rock suave”, “Besos robados” y “Las chicas del Roxy”. Y es que como dijo: “Uno tiene el público que se merece”. Acto seguido sonó “Rock and Roll Actitud”.
El descanso suficiente, para un cambio de chaqueta, y un blanco puro que le sienta de lujo.

Balmoral, fue el recordatorio perfecto a esos lugares emblemáticos que marcan nuestro destino y las brillantes personas con las que en ellos nos topamos. Es hora de “Soltar lastre”, de ir ligero de equipaje pero sin olvidar de dónde venimos. Tras bromear con la banda, sonó un tema que nos sorprendió, la versión de “Ya no hay héroes”. Era la presentación para volver hacia los orígenes y también para la presentación de su banda: Igor Pascual (guitarra y coros), Jaime Stinus (guitarra y coros), Laurent Castagnet (batería), Laura Gómez (bajo y coros) y Mario Fueyo (teclados), tocaron el “Rompeolas”, “Antes de la lluvia”, “Hombres”, “Cuando fuimos los mejores”, “Todo el mundo ama a Isabel”, “Ritmo del garaje”, y a la memoria de Guille su “Rock´n´roll Star”.

Terminó con la voz desgarradora del grito de nena de “Cadillac Solitario”. Nunca había presenciado esa expresión en la cara de Loquillo al terminar el concierto, una cara llena de satisfacción, con sensación de plenitud pero con una considerable descarga de energía, con cansancio vital, alzó sus brazos en horizontal al suelo y su rostro crucificado me hizo comprender el enorme sacrificio realizado; que desde luego, Loquillo, mereció la pena.Gracias por tus canciones.

(Escrito por: Ponce De León)


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