Despertando...
El rincon de Mendez y amigos

13 junio 2009

Campismo

Sigo en Galicia. Aquí, las posibilidades litera- rias de la zona son (como sucede en nuestra extravagante península) verdaderamente inagotables. Después de unos días en Santiago, me he desplazado al campo, y en la comarca donde me hallo suceden cosas extrañas y atroces. La lluvia cae de una manera desesperante cuando hago alto en las afueras de una pequeña población marítima. Me alejo del coche para acercarme a oler el mar y me tropiezo con una pareja en traje de Adán que abandona la playa con precarios impermeables de plástico transparente. Mantengo la compostura, nos cruzamos con una sonrisa débil y desaparecen en la maleza.
Más tarde, soy informado en la aldea de que provienen de un campamento turístico eco-nudista que hay en la zona. El detalle del plástico transparente (los venden en un todo a cien del pueblo) me ha gustado y me ha parecido lógico y coherente.



Los moralistas indígenas, grandes o pequeños, rurales o pueblerinos, coinciden conmigo en que no apartan la mirada por pudor sino porque el michelín deja ahíto; sobre todo ahora que tenemos una constitución física, propia del estado del bienestar, que recuerda a las partes más blandas de los caracoles. El nudismo, desde luego, sólo se añora desde el magro subdesarrollo. Quedan lejos los tiempos en que las ancianas llevaban aquí a la Guardia Civil hasta la playa cuando alguna incauta intentaba practicar «top-less». Afirman los locales que en estas aguas ya se bañaron sin ropas en sus tiempos hasta el gran manitú Fraga o el ministro Cabanillas padre. Decía Julio Camba que el gallego está catalogado como triste y no tiene la suerte del andaluz, a quien el gracejo se le supone. Pero escribir es sostener una pasión con los ojos abiertos y yo he de reconocer que he pasado un gran rato frente a un vino blanco escuchando estas historias llenas de gracia.

La Razón 24 de Mayo de 2009

Escrito por: Sabino Méndez

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