Despertando...
El rincon de Mendez y amigos

29 octubre 2007

Paridad

Siempre me he esforzado por mantener el espíritu abierto frente al asunto de la emancipación femenina, como intento hacerlo con todas las novedades estimulantes y maravillosas que nos propone el mundo moderno.
Considero que una de las mejores maneras de luchar por ella es ser un varón que lava platos abundantemente, cocina con atención, plancha con primor y pone innumerables lavadoras.
Ya que no podemos librarles a ellas de la traumática carga del paritorio, lo mínimo es encargarse domésticamente de uno mismo.


No hay mejor escuela para ello que vivir durante un tiempo pobre y solo.
Ve uno entonces con claridad que la primera obligación de un artista, como decía Stevenson, es ser solvente en todos los sentidos.
Ahora bien, he detectado a veces en mi generación que la emancipación

–postulada así, simplemente, sobre el papel –se convierte en asunto abstracto que sirve para el medro de muchas mediocridades.
Eso me ha hecho desconfiar de quienes reivindican ardientemente la emancipación sin haberse emancipado antes de casa de sus padres. Si tuviera que aconsejar a un joven varón que buscara esposa le diría que vigilara con aquellas que reivindican tal cosa sin haberla hecho previa y personalmente con respecto al adomicilio de mamá: esa lo que quiere es no fregar sus propios platos.

Se dirá que es una manera drástica de formular la cosa. E impopular en estos tiempos de paridad. No lo negaré. Pero insistiré en que la mejor escuela para experimentar esta obviedad es vivir solo durante un tiempo. Y el desorbitado precio de la vivienda para los jóvenes lo único que está haciendo es retrasar ese necesario aprendizaje. Bajemos el precio de los alquileres o subamos los ingresos de los estudiantes y la siguiente verdad resplandecerá por si sola sin necesidad de ningún debate tertuliano: que la paridad solo existirá de verdad el día que los hombres tengamos que parir. Lejano y difícil.

La razón 21 de Octubre 2007



2 OPINIONES:

  1. Escrito por: Silvia - 31 de octubre de 2007, 8:09
  2. Me ha encantado tu frase de "ocuparse domésticamente de uno mismo", la convivencia mejoraría si se llegara a eso.
    Gracias por tu visita. Un abrazo

  3. Escrito por: Anónimo - 1 de noviembre de 2007, 19:43
  4. El problema es que el mayor enemigo de la mujer es la mujer misma. Somos nosotras los que tenemos que educar a los hombres del mañana, eduquemoslos en la igualdad y tendremos mucho camino hecho.