Si algo me gusta gastronómicamente de Madrid es que se come mejor que en muchos lugares sin necesidad de que para ello tenga que existir obligatoriamente algo parecido a una «cocina madrileña», una «gastronomía matritense» o una de esas necedades particularistas actuales. Es un logro reciente. Hasta hace no demasiado (no se si por falta de patriotismo) entrar en un restaurante en Madrid suponía casi siempre penetrar en un lugar digno de inspirar sombríos y resentidos pensamientos a un tipo como Dostoievsky.
Allí, uno era tratado como un alienígena que hubiera tenido la extravagante idea de presentarse a comer en un domicilio particular sin avisar. En vano se apelaba al letrero exhibido en la entrada anunciando supuestos propósitos de restauración; el camarero (que generalmente era además un tipo muy simpático) nos daba de comer lo que hubiera mirándonos como a un tipo de ideas descabelladas.
Bien, podemos anunciar que esos tiempos han terminado. En Madrid puede comerse ahora en estupendos y amortiguados entornos, dignos de una clínica especializada en tratamientos para los nervios. En el mundo de interioristas ciegos y vengativos en que vivimos, ese simple logro ya es, en sí mismo un gran avance. Pero es que, además, en esos escenarios se pueden deglutir cosas exquisitas como la «papillote de mi-cuit de canard faissandé aux les fines herbes con timbal de patatas»(si, yo también me pregunto que es eso de «patatas») y luego visitar unos lavabos que parecen un laboratorio suizo.
Queda demostrado pues que ser patriota y comer bien son dos conductas aleatorias que no guardan ninguna relación entre sí. Esa constatación es un avance hacia nuestra progresiva civilización. Sólo los nacionalistas no lo creen pero su confusión es explicable: en su mundo subvencionado la relación se ha dado. Pero no entre el patriotismo y comer bien; sino entre ser patriota y, sencillamente comer.
La razón 13 de Enero 2008
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4 OPINIONES:
Q buenos recuerdos me trae siempre esta canción, y esta versión me pone los pelos de punta, es increible..
Elije las canciones con mucho criterio. Mi más sincera enhorabuena por este blog
No soy un anónimo, soy Stones...
He modelado una bandera que como todas es para quemar...
No me resisto a decirte que "El ritmo del garaje" es uno de los discos de mi vida (lo escuché por primera vez con 12 años).
GRACIAS
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