Caro Carod: Los catalanes nos creemos muy cultos y refinados pero, al final, siempre terminamos haciendo un poco el paleto en Madrid. De eso, y no de otra cosa, es de lo que se ríe actualmente de nosotros toda España: de nuestra disparatada petulancia. Recuerdo cuando quisiste reunirte con ETA y te localizaron Mortadelo y Filemón.
O cuando, todo serio y sacando pecho, dijiste que Cataluña era como Escocia y los catalanes aficionados al whiskey miramos, desolados, nuestra triste copa de cava, estremecidos por la posibilidad de verte con faldas a cuados (Dios mío, como las alumnas mas pijas de Madrid).
Pero hoy sólo quiero contarte un episodio aleccionador de cuando, antes de exiliarme, vivía en Barcelona: en una grabación, le expliqué al productor Marc Parrot (catalán como nosotros, músico capaz y, además, gran amigo) cuál era la traducción exacta al catalán de mi nombre de pila. Desde entonces, me saluda con ella cuando nos vemos y yo le respondo alegremente al saludo. Toda mente cultivada sabe que la traducción es una virtud y no un insulto. Sobre ella se ha edificado entera la cultura universal y la civilización que conocemos. Te lo digo para que la próxima vez que vengas a Madrid no riñas al primero que te llame Ozeluí.
Y, sobre todo, te lo cuento para que cuando convoques desde el gobierno autonómico un concurso de adjudicación (de doscientos mil euros públicos) que beneficia a tu departamento, y además lo hagas de repente usando un plazo que cubre curiosamente las fiestas de semana santa, tengas presente que (inevitable y seguro que injustificadamente) saltan en el traductor de “word” palabras como corrupción u otros sinónimos. Quieras que no, será difícil que la empresa adjudicataria no arrastre para siempre la sombra de una sospecha, y no será por su culpa. Así no conseguiremos nunca los catalanes dejar de desacreditarnos, Caro nos sales, Carod.
La razón 23 de Marzo 2008
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8 OPINIONES:
Bueno de esas torpezas del presunto pedigri patrio ya estamos acostumbrados con la triste resignación de siempre. Aún recuerdo como conseguimos entrevistarnos con el ministro de agricultura de un país Africano, y como un proyecto que parecía una locura fue tomando forma implicando a diversas empresas catalanas, al gobierno del mismo país, y nos faltaba el consiguiente departamento de la generalitat, que tendría simplemente que sufragar la estancia y el recibimiento del ministro africano y actuar de enlace y apoyo diplomático. Cual fue nuestra sorpresa después de meses interminables de estudio según ellos, cosa curiosa en un departamento que siempre veíamos tan inactivo, eso si todos sus directivos nombrados a dedo y curiosamente cercanos, amigos y conocidos militantes de ERC y con suculentos sueldos que cualquier licenciado hemos soñado con alcanzar en nuestra vejez, aunque solo sea un poco para acabar de pagar la hipoteca antes de jubilarnos . La respuesta fue fria y tajante ya no hay presupuesto para eso, sin embargo si lo había habido ese año para viajes de personal en primera clase en misiones comerciales con empresas que siempre eran las mismas con el pedigri del bon català que es algo que se consigue no solo hablando sino llevándose bien, siendo atento y adaptando su rol es decir perdiendo el tiempo. Siempre hubo fondos para el despilfarro de recursos en estudios sobre realidades tan alejadas del empresario y el trabajador medio como la Kosovar, o las de las independizadas republicas bálticas. Nosotros ofrecíamos un proyecto, y unos contactos, que posibilitaban una verdadera práctica ética empresarial en África con el apoyo de uno de los gobiernos menos corruptos y mejor preparados de toda el Africa Sud-sahariana, unos empresarios comprometidos, dinámicos y trabajadores. Al final tomamos el camino del exilio a Madrid como tantos otros catalanes, y la agencia de cooperación internacional y el ministerio de asuntos exteriores de Madrid tardó menos de dos días en respondernos entusiasmados, aquí fueron casi 6 meses para decirnos que se habían quedado sin la pela, y que sus nuevos cargos directivos de origen político lo habían dilapidado con sus amigotes de pedigri autóctono incuestionable o al menos hasta las siguientes elecciones oiga.
Los dirigentes políticos en España dejan mucho que desear, pero concretamente la clase política Catalana es lamentable. No salgo de mi asombro ante los resultados en las últimas elecciones.
Los catalanes son masoquistas?
Tienen miedo al cambio?
Es lamentable, que ni Ciudadanos ni Rosa díez di el PP, hayan logrado un buen resultado para desalogar a los miserables políticos actuales.
Un saludo Sabino.
Si el cambio tiene que venir por votar al PP o la actual formación de ciutadans apañados vamos. Creo que la gente ha reaccionado esta vez muy bien dejando en la miseria a ERC.
VALE,han dejado en la misera a ERC, pero podían haberla dejado igual, Habiendo votado menos al PSC PSOE, que es lo mas parecido a ERC.
No te equivoques estas elecciones eran generales, aquí la gente ha votado a zapatero no a Montilla, aunque no le convenciese ningún político lo han hecho al que han considerado menos malo o menos perjudicial y desde luego el que menos crispación ha creado y mas propuestas concretas ha defendido por encima de enzarzarse con su opositor en duelos cansinos.
Yo como catalana de Barcelona, me encuentro desilusionada por el poco apoyo al PP...me hubiese gustado que ganara!!...llevamos demasiado tiempo con los socialistas!!.
Un saludo
Alucino Sabino.
Magnífico, Sabino. ¡Cómo me gustan las colegialas pijas madrileñas! Aunque cada vez hay más chinas y peruanas vestidas a la escocesa...
Saludos.
Happel
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