Menestra

Querida Bibian@: como escritor, comparto tu deleite, (dicho sea con todo respeto) al cambiar vocales de sitio. Por ello, infiero que, con los rigurosos tomatazos que estás recibiendo por tus ocurrencias, se avecina su traslado a Agricultura como Menestra de verduras, como columnista, te estoy agradecido por el juego que nos has dado (de nuevo, máximo respeto) con tus miembros.

Por tanto, para compensarte, te confiaré que yo me alegré cuando se creó tu Ministerio de Igualdad.
Al fin los españoles volveremos a ser iguales, me dije. Como lo fuimos por un momento durante la transición hasta que se transfirieron las competencias de Educación y Sanidad a las Autonomías. Que bien, pensé además, seguro que luego vendrán los Ministerios de Libertad y de Fraternidad. Pero resultó que el Ministerio de Igualdad era solo de Igualdad para los géneros gramaticales. Y temo ahora que uno de Libertad pudiera ser solo para tomarse libertades con el idioma y uno de Fraternidad para beneficiar a los hermanos socialistas poco dados al estudio. Es lo que tiene la especialización, que limita el ámbito. Por contra, tu encaje de la adversidad me ha parecido heroico.
Y, puesto que los héroes de la épica, nunca tuvieron tiempo para afeitarse de ocupados que andaban, una posible manera de acabar con todo este lamentable asunto de las críticas quizá fuera que te dejaras barba, Una pequeña, como la de Rubalcaba, ya estaría bien. Incluso, para no imponerte más sacrificios, una postiza serviría.

La dejas en la mesita de noche al acostarte y te la pones únicamente para ir al congreso. Es una propuesta quizá digna de Groucho MarX, pero creo que hay una realidad que noblemente no podemos ignorar: que muchos izquierdistas solo fueron capaces, por esa chocante vía de destilar alguna idea de gobierno del plúmbeo marxismo.

La razón 22 de Junio 2008

(Escrito por: Sabino Méndez)

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