Uno está preparado para la música en general, pero seguramente uno nunca está preparado del todo para algunos conciertos en concreto. El siete de mayo de 1969 se celebró en el londinense Hyde Park uno de los primeros grandes festivales británicos de rock al aire libre. La idea era imitar las grandes concentraciones hippies americanas que, como Monterrey, acababan de marcar la pauta al otro lado del océano. De cabeza de cartel estaban The Rolling Stones, quienes no eran aún la respondona máquina de rythm n blues que ahora conocemos.
Suavemente, fue afluyendo el público a esa especie de parque de El Retiro más despejado que hay en el centro de Londres. La cifra resultante osciló desde las ochenta mil personas que facilitaron las autoridades hasta las doscientas mil que aseguró la prensa alternativa. A los Stones los pilló en un mal momento. Hacía poco que habían expulsado a Brian Jones, su guitarrista más carismático. Ahora, con la lejanía de los años y viendo la vida que ha protagonizado Jagger, puede parecer increíble; pero entonces el tipo de moda y el que se codeaba no era él, sino el guitarrista.
Jones había ejercido además de maestro de ceremonias un año y medio antes en Monterrey Pop, el festival que inauguró el «verano del amor». Había sido el único del grupo que se desplazó allí guiado de su insuperable olfato. Para colmo, apareció ahogado en su piscina poco después de la expulsión. El público, inevitablemente esdrújulo y melodramático, tendía a ver ese trágico suceso más como efecto de la traición de sus compañeros que como una consecuencia de la afición que tenía el músico por las melopeas.
Así que el panorama no parecía fácil para Jagger, quién enseguida fue consciente de que necesitaba un golpe de efecto mediático. Y no se le ocurrió otra cosa que salir con falda.
Abrió el show con un casto modelito blanco sobre el cual se ciñó una falda plisada hasta medio muslo, leyendo un poema y arrojando pétalos de flores a la memoria de su antiguo compañero. Frente al hiato de estupor e indecisión general, Jagger supo enseguida que la partida estaba ganada.
Hay que ser un gran hombre de escena para montar ese número y que la cosa no quede absolutamente grotesca. La foto de Jagger se vio en todo el mundo. Tanto, que el concierto de Hyde Park ha quedado generalmente en la memoria como un concierto de los Stones en honor de Brian Jones cuando en realidad fue un festival dónde participaron muchos más grupos. Maquiavélico Jagger.
La razón 10 de Julio 2008
(Escrito por: Sabino Mendez)
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03 agosto 2008
Un lío de faldas
.... Adminsabino
Etiquetas: MELODIAS Y CINEMA
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1 OPINIONES:
Buena historia. Sí señor. No la conocía y, efectivamente, un golpe de efecto trascendente de Jagger (consciente o inconscientemente).
Simpatía por los Stones...
Salud.
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